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Formas de volver a casa

Ahora sé caminar; no podré aprender nunca más.*


W. Benjamin

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Un ventanal enorme es el límite entre el jardín y las obras de Gómez. Ese límite
se confunde, en sensualidad, en exuberancia, en misterio. Esa convivencia
obligada entre el taller y el entorno convierte la obra en parte del mismo. ¿Qué es
primero? ¿Las plantas que crecen hasta arriba del cerco o las obras de diferentes
tamaño que luchan por escaparse de sus soportes para fundirse con el afuera?
Sus trabajos construyen un paisaje que atrae por su fuerza, exigen tiempo,
imponen movimiento y nos obligan a olvidarnos de nosotros para ingresar en ellos.
La sensibilidad de Flora oriental o impresionista es la que media. Su voluntad es la
que se impone.
Sobre todo en todos en sus trabajos de gran formato, agrupados en dípticos o
trípticos (los rojos, los celestes, los amarillos) todo ocurre en un primer plano. No
hay dimensiones relativas, ni puntos de fuga, ni academicísimo. No hay timidez,
hay una búsqueda permanente de encontrar en las muchas capas de pintura y en
la convivencia armónica del color, un lugar donde quedarse. Un lugar donde no
hay espacio para la melancolía ni la angustia. El movimiento de las pinceladas
impone una vitalidad que suspende la tristeza.
La artista no busca representar, no busca idear una forma o pintar lo que siente. El
tema tiene una importancia secundaria. Solo la moviliza la imagen que va
descubriendo. Las vibraciones de un color o un tono al lado de otro. El empaste, la
veladura, la materialidad histórica del oleo. Su juego se despliega en múltiples
planos de profundidad, en el arrastre de la pintura que cubre y descubre a la vez,
la potencia del plano pintado.
Un quiebre o una novedad, un hallazgo sin duda, me parece su obra “Bosque”.
Obra formada por 420 hojas A4, copias impresas en chorro a tinta a color, que
invade y crece ocupando pared y techo del espacio.

El paso del tiempo, lo aprendido, lo encontrado, todo ese trabajo introspectivo que
permite conocernos es sin dudas protagonista. Cada cuadro es una secuencia de
ritmos y vibraciones que la conducen a donde ella quisiera estar. Y a ese lugar, a
ese momento no se arriba por un único camino. Hay muchas formas de volver.

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Hugo Albrieu

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ï‚· Cita de: Tesis sobre la filosofía de la historia, Walter Benjamin – 1940 .

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